Está claro que el sistema de tramitación de solicitudes en el cielo funciona defectuosamente. Después de muchos meses sin llover, los comentarios cuando llegaba a una ganadería siempre eran en el mismo sentido: “non cae unha jota”, “non hai herba pra ensilar”, “as fontes secan”, etc., etc., etc. Y todas esas frases solían ir acompañadas del encabezamiento adecuado para las solicitudes celestiales: “Ay meu Deus”, “Dios mío”, y semejantes. El caso es que debió de bloquearse la centralita y ahora están dando salida, con retraso, a todas las peticiones, así que los días grises continúan.
Menos mal que para el fin de semana es posible que entre el Nordeste y con él, llega el sol.
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