En las bodas, cuando llego al lugar donde la novia se va a preparar, soy un extraño en medio de la novia y su familia o su pequeño grupo con las mejores amigas. A veces percibo cierta tensión o incomodidad por mi presencia en algunas de las personas que están allí, en esos casos siempre es la novia la que ayuda a romper esa tensión. Ese día, su día, es capaz de contagiar toda la ilusión a los que la rodean, ayudando a que se acostumbren y acaben comportándose con naturalidad pese a mi presencia.
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