Esto me lo encontré en el ayuntamiento de Hannover, esperando el ascensor que nos bajara de la cúpula. Al ver tanto mensaje también quisimos dejar uno, pero los bolis que teníamos no escribían en la pared y eso me hizo pensar que me estoy perdiendo algo, porque parece ser que todo el mundo anda con rotuladores y botes de pintura encima todo el día.
Después de ver españoles por el mundo, ya no extraña ver señales de nuestro paso por todos lados.
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