Hoy, aunque también llovió, pudimos disfrutar un ratillo de Lorenzo asomando entre las nubes. Si además hay olas, pues mucho mejor.
Por cierto, si alguien encuentra dos aletas Viper de punto amarillo por Nemiña, son mías, que hoy me comí una buena lavadora por intentar contestar a una llamada (es lo malo de llevarme la oficina hasta el agua); la ola se llevó las dos, y eso que iban con su correspondiente invento cada una, pero el zapatazo fue gordo.
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