Pasear por la zona comercial de Berlín al amanecer permite fotografiar con el sol muy bajo y sacarle texturas a la ciudad que no salen a otras horas del día.
En la zona de Berlín Oriental las construcciones que valen la pena son principalmente edificios públicos, mientras que tan pronto atraviesas la línea que indica por dónde pasaba el muro de Berlín y cruzas a lo que antes era Berlín Occidental, la fisonomía de la ciudad cambia y se parece mucho más a la parte moderna de cualquier capital europea.
Y como todas las capitales europeas, se han sumado a la competición por diseñar edificios espectaculares, con la “facilidad” añadida de que en Berlín no quedaron muchos edificios en pie tras la Segunda Guerra Mundial.
Lo que sí no perdieron es la rigidez propia de los alemanes, les cuesta hacer una curva hasta para diseñar edificios.
Berlín está construida sobre una ciénaga, lo que le impide tener los rascacielos que se levantan en otras capitales europeas aunque hay edificios que tienen el mismo aspecto. Vamos, que allí hicieron con los grandes rascacielos como en “Portugal dos Pequenitos” con el resto de Portugal.
El día que visitamos el Bundestag, que se merece una entrada en el blog él solito, tuvimos la suerte de que nos coincidió la luna llena y desde la cúpula del Parlamento pudimos disfrutar de una vista espectacular de Berlín.
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