En Alemania, aunque haga frío, éste no impide que miles de personas se desplacen a todos lados en bicicleta. Y sin límite de edad.
Y si todo el mundo anda en bici, tienen que dejarla en algún sitio, como esta pequeña plaza de Hannover.
Así están por la noche los alrededores de la estación de ferrocarril de Gottingen, una preciosa ciudad de ambiente universitario.
Allí el carril bici es un carril de verdad, no desparece por arte de magia cuando sales del paseo marítimo. Hasta en los semáforos tienen su espacio, y tienes que andar al loro para no invadir su espacio.
Mires a donde mires, te encontrarás a alguien en bici.
Y cuando no van en bici, hay algunos que siguen optando por las dos ruedas
Una pena no copiar de los alemanes esta manía de ir en bici.
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