viernes, 19 de septiembre de 2014

O Camiño dos Faros: 26 km en 14 mm

Sí, en 14 mm porque ese fue el único objetivo que llevé a la etapa. Como al principio llovía algo le dejé la cámara a Conchi que iba como coche de apoyo, y la cogí cuando dejó de llover, antes de enfilar el camino a la playa de A Barda.

Esa playa es un lugar que enamora y no sólo a los enamorados ;-)

Mientras uno se acerca no hay una panorámica abierta de la ensenada, porque los toxos allí tienen una altura considerable

Es un buen sitio para retratar grupos de trasnos. Apetecía pegarse un baño, pero quedaba mucha etapa por delante.

Hasta ahora, el camino seguía por una pista hasta la Aldea do Roncudo. Pero a partir de esta edición no, ahora seguimos una nueva senda abierta este verano.

A este lado de la ensenada sí que se abre ante nuestros ojos una panorámica cojonuda espectacular

Todo el tramo es una pasada

Un sube y baja constante

Tanto, que más que traskiexploradores, lo abrieron unos traskiexplotadores  

Seguro que a alguno de ellos le pitaron los oídos todo el domingo

La Aldea do Roncudo parece que no llega nunca, y cuando por fin la alcanzas... toca tomarse un respiro

La salida del pueblo está marcada por una señal de quita y pon. Por cierto, lo de las varillas de hierro estaría muy bien si fuesen señales fijas, pero como las va recogiendo al pasar el equipo de traskiescobas... en PVC ligerito irían mejor, no?

Desde el pueblo subimos hasta los  molinos

Y desde allí otro sube y baja por los acantilados...

en el que cada recodo parece un déjà vu...

que poco a poco va acercándonos al faro.

Como lo prometido es deuda, ahí va la foto ;-)

Al ver el faro parece que las energías se renuevan y todos aceleran el paso

Aunque también hay tiempo para admirar las vistas

Ya queda menos

En el Faro do Roncudo nos espera Suso Lista con su charla

Como puse en el FB, lástima de la multiplicación de cervezas y bocatas, porque entonces sí sería famoso el sermón do Roncudo

Aunque aun sin milagros, siempre es interesante y además divertido lo que Suso nos cuenta.

Al acabar de comer me dicen que por delante, de la organización, va solamente Elibel y que a ver si la alcanzo, así que acelero hacia Corme.

En la edición pasada estaba esta señal, veo que los de Corme siguen siendo atravesadillos (diría Ned Flanders) y persisten en mandar a los coches por el acantilado abajo. Ya, ya sé que la señal se refiere a la siguiente curva, pero entonces la imagen no tendría gracia.

Aceleré el paso y no saqué la cámara a pasear hasta alcanzar la cabeza. 

El tramo de bajada a la playa de Balarés, abierto en la edición anterior, ofrece unas vistas de lo mejor del Camiño.

Un paisaje en cada paso es la realidad, no solo un eslogan.

Llegamos a Valarés, la playa con V que se escribe con B.

Desde allí, alcanzamos Monte Blanco, atravesamos las dunas respetando la senda marcada...

Y llegamos a Ponteceso. Final de la etapa.

Final de la etapa y principio de las tapas. El patio del bar A Eira todavía está casi vacío, quizás porque los traskirrayos, los que van por delante de la organización, tampoco tienen tiempo para disfrutar de la parte social del Camiño dos Faros.

Así, conforme pasa el tiempo el patio se va llenando.

Y nos tomamos la paella de rigor, que estaba muy buena.

La próxima etapa es el 28 de septiembre, entre Ponteceso y Laxe. ¿Te apuntas?

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